Contiene polifenoles (compuestos con características antioxidantes) que, se ha comprobado, ayudan a bajar los niveles de insulina y glucosa en sangre.
En estudios con animales de laboratorio, el jugo de durazno bajó el nivel de leptina, una hormona que afecta los niveles de grasa en los tejidos.
Un durazno mediano contiene 58 calorías, 2 gramos de fibra, y 285 miligramos de potasio.
Son una potente fuente de vitamina C, que también actúa como antioxidante que lucha contra los dañinos radicales libres, componentes vinculados al desarrollo de cáncer.
Investigaciones muestran que el consumo regular de duraznos puede mejorar el aspecto y salud de la piel (no por nada existe el dicho: "tiene piel de durazno")
También contribuye con fibras que protegen la salud del intestino y del colon, y ayudan al manejo saludable del peso. Estudios sugieren que el consumo de fibra podría mejorarse significativamente reemplazando productos dulces con fibra por uno o dos duraznos al día.
Esta misma fortaleza de fibras hace que el durazno ayude a una buena digestión.